La pregunta que derribo el muro
LA FUERZA DE LA PALABRA
Cuando Ricardo Erhman, con insistencia, levantaba la mano no se imaginaba la respuesta que encontraría.
Era 9 de noviembre de 1989 cuando sonó el teléfono. "Señor Ehrman, esta tarde a las seis hay una rueda de prensa” dijo una voz del Ministerio de Asuntos Exteriores.
Riccardo trabajaba y vivía en Berlín Oriental, desde 1985, como corresponsal de la agencia italiana de noticias Ansa. "Me enviaron allí porque era de los pocos que sabía hablar alemán", recuerda hoy este octogenario afincado en Madrid.
Tomó su coche pasadas las cinco de la tarde y se dirigió confiado al Centro Internacional de Prensa, situado en Berlín Oriental. Mientras buscaba aparcamiento pensaba en el tema que se trataría dentro. “Es muy importante” le habían dicho cuando lo llamaron.
Estaba hablando Gunter Schabowski, alto miembro del Politburó y uno de los comunistas más poderosos de Berlín.
“¿Cree usted que fue un error introducir la Ley de Viajes hace unos días?", preguntó Erhman. Schabowski se puso nervioso. “Para evitar problemas, bastara mostrar el documento de identidad para poder salir”, respondió. “¿A partir de cuándo?”, repreguntó. “En este instante” fue la respuesta que congeló todo.
"Esto es un flash informativo", gritó por teléfono a la central de su agencia en Roma: "¡Ha caído el Muro de Berlín!". La noticia era tan inverosímil, que en la agencia esperaron unos minutos para comprobar si otra agencia sacaba la noticia. Pasaba el tiempo y crecía el riesgo de perder la exclusiva. “Debe ser verdad: ¡vamos con la noticia!” Ansa dio la exclusiva. El Muro ya estaba derribándose.
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