miércoles, 18 de noviembre de 2009

El precio de buscar un cambio


Cuando Manuel Zelaya era exiliado de Honduras jamás imagino que para volver iba a cruzar montañas y ríos durante dos días. El presidente de Honduras fue detenido junto a toda su familia y expulsado del país por los militares el pasado 28 de Junio.

He sido victima de un “secuestro brutal” por parte de un “grupo de militares”. –sentenciaba Zelaya en Costa Rica, una vez adquirido el asilo, calificando la acción como “complot”.

El derrocado presidente ya se encuentra en su país, inmovilizado en la embajada de Brasil.

Mientras Roberto Micheletti, presidente del congreso que tomo el poder ante su intempestiva salida, le pide que se entregue, Zelaya recibe el calor del pueblo hondureño que salio a protestar a la calle sin importarles el toque de queda.

La mayoría de medios está haciendo llamamientos a la población a que permanezcan en sus casas y esperen una comunicación oficial por parte de una autoridad que no ha sido identificada. Entretanto se aprecian algunas columnas de humo en distintos puntos y el ejército ha sacado los tanques a la calle.

Esta semana, el presidente hondureño anunció la destitución del jefe del Estado Mayor, el general Romeo Vásquez, lo que provocó protestas enérgicas en el país, muy dividido ante la consulta convocada para este domingo por la que Zelaya pretendía reformar la Constitución, lo que fue el detonante de la destitución.

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