miércoles, 18 de noviembre de 2009

El golazo del Che


Cuando Gabriel Vílma bajó del bus, con su hijo en brazos, no se imaginaba el futuro que le esperaba. Llegaba a la capital para reforzar al San Agustín, club que, bajo la presidencia de Jorge Reyes Ronceros, trataba de armar un gran cuadro para afrontar el descentralizado 91.

Había dejado su natal Córdoba advertido de que el futbol no dura toda la vida y jugándose una de sus últimas oportunidades. Percatándose de aquello es que se puso como objetivo enamorar a Gloria Reyes, hija del presidente del club. Pero el presidente del club, no era una persona cualquiera, era, además, tío del ahora presidente del Perú, Alan García.

Después de pasear su futbol por el Deportivo Municipal, ya casado con Gloria, Gabriel colgó los chimpunes, le dijo adiós al futbol. Se terminaron los años 90, así también los ahorros del suegro y el argentino no sabía qué hacer. Trato de armar una pequeña empresa pero los contactos de la familia ya no eran tan efectivos como antes.

Después de pasar algunos años difíciles, el APRA regreso al poder y la luz volvió a alumbrar al buen Gabriel. El clásico compañerismo aprista trajo bonanza a la familia. El “parrillero” se hizo lobbysta. Hoy maneja un Mercedes del año y tiene un departamento de estreno en Chacarilla. Podemos concluir que el “Che” la hizo.

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